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martes, 28 de junio de 2011

Una raya más al tigre




Daria es realmente expresiva, menea su trasero cada vez que sabe que alguien la mira, así sea con morbo o admiración, pero no es solo lo que busca pues esa actitud forma parte de su estado natural como fémina, lo que realmente quieres es ser la mujer más feliz del mundo y es algo que ella piensa que nadie le dará.


Ver para creer o ver para sentir?

Ella cree o intenta crear en su cabeza que algún día llegara su príncipe azul. Son aquellos patrones de conducta que en su crecimiento como persona fue adoptando o le inventaron para creer que la felicidad total existe. Ella sabe realmente que varios tipos se interesan sobre todo cuando le dicen que es linda o invitan a salir, no obstante ella sabe en gran medida que lo que realmente quieren esos tipos es comerse su trasero pero ella se inventa que la buscan porque ama a los gatos y se levanta tarde cada mañana, así como usar los mejores zapatos y tener la sonrisa más bella.
Hace poco conoció a una persona (que ella cree) es sensacional pues con todo lo que le dice cumple los requisitos que su mami le recomendó el primer día que fue a la universidad, pero su entorno siempre le comenta que ese treintón es simplemente un cazador al mango que se pasa de pendejo y afana a todas. A pesar de tanta aparente buena recomendación de sus “amigas” (quienes realmente desean acostarse con ese chico formidable) le reiteran que no le haga caso, que no acepte sus visitas, ni sus regalos, ni sus elogios.
De todos los hombres que conoció, solo se aferra a aquel quien fue su primero en el doloroso debut que no fue tan placentero, pero que con el tiempo le agradó mucho y busca complementar a través de un abrazo cada vez que su ocasional pareja intenta que le diga (o que le mientan) que la quieren, que la extrañan y que es la más importante del mundo. Este joven tuvo la “suerte” de abrir su corazón durante una noche de fiesta adolescente y de quien aún espera muy bien sentada que vuelva a llamarla como en las veces que salía del colegio y le citaba en el parque.





La envidia las corroe
Daria cada mañana quiere verse (como todas) como la mujer más hermosa del mundo, cuando otra fémina causa mayor atención del entorno, ella la ve como una competidora, pues empieza a interferir en sus planes de controlar el momento y gobernar entre aquellas que considera inferiores.
Hoy ha visto a su competencia lucir el abrigo que ella pensó comprar el fin de semana, lo cual le genera envidia, se altera, se tropieza y sale del lugar, intentando buscar alguna estrategia para derrotar a su rival de turno.
Siempre observa detenidamente y es inevitable odiarse por no ser tan bella como otras, pero ella se mira al espejo y se miente una vez más creyendo que es la mejor, ya no hay solución


La mejor carne se la lleva el perro
Daria es demasiado hermosa pero es consciente que en muchos casos se enamora de la billetera más que del hombre a pesar que sea el abominable hombre de las cavernas, ella cree que es mala suerte o que algunos la tienen como inalcanzable, sin embargo esta noche como cada noche se acostará a dormir y soñará con el cuento que la abuelita le contaba cuando era niña.