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domingo, 26 de abril de 2009

MI HISTORIA CON FUCKINGMORI


Había pasado todo el chongo de la sentencia a Alberto Fujimori, en su momento quise escribir sobre ese tema, sin embargo el tiempo que dispongo en el trabajo me lo impedía pero ahora grito de indignación por la actitud de su defensor, mi paisano chiclayano Nakasaki.

Haciendo un poco de memoria – esperando que algunos amnésicos no se hagan los cojudos – Alberto Fujimori Fujimori fue sentenciado a 25 años de Pena Privativa de la Libertad por los Delitos de Lesa Humanidad en el caso de los estudiantes de la Cantuta y el Crímen de Barrios Altos. El país se ha vuelto a polarizar (como lo ocurrido en el 2000) debido a que Fujimori enciende pasiones acérrimas así como odios desmedidos. A mi modesto parecer, el ex presidente nipón es culpable. En verdad me da pena el pobre chinito gritando “Soy inocente!!!”, pero es un re cague de risa cuando esos genios del Especial del Humor se burlan de él




Me jode y me recontra jode que mucha gente aproveche la coyuntura para subirse al coche color naranja encabezado por la gordita Keiko y el zoofilico Kenyi
Me jode aún más que en el año 2000 cuando el chino se aferraba a la pata de la silla de Palacio de Gobierno y prácticamente su siamés Vladimiro Montesinos Torres hacía y deshacía como hoja de papel a un país sin democracia (aunque el término se utópico), poca gente opinaba en contra del gobierno.

Al descubrir que la mayoría de Medios de Comunicación estaban vilmente comprados y en algunos programas de oposición se emitía el video Kouri- Montesinos la bomba estalló y yo con 20 años de edad, estudiante de educación superior, aspirante a periodista, no podía quedarme con los brazos cruzados. La mordaza ante mi rabia de país fujimorista llegó a su límite.



Una noche chiclayana, como muchas de aquellas monótonas y aburridas, jóvenes estudiantes del la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo salieron a la calle en buen número. Ellos con pancartas, banderolas y gritos por doquier mostraban su desacuerdo con un gobierno autoritario, al ver aquella muestra de rechazo me uní al grupo, tomé una de las puntas de la banderola y grité peor que gol de la selección peruana de fútbol en un partido de eliminatoria mundialista.
Recorrimos las principales calles de la ciudad, mi ira llegó al nivel más alto, me sentí como un obrero de Destrucción Civil, tenía todas las ganas de quemar llantas, voltear autos y destruir todo lo que encontrara a mi paso, pero mi razón pudo más que mi impulso, si no la historia hubiese sido otra.

Con esta actitud de rechazo de parte de muchos jóvenes lambayecanos hacia la dictadura de Fuckingmori, gran parte de mis valores se rescataron pues el respeto a la utópica democracia, el estado de derecho y la libertad de expresión jugaban un papel preponderante en mi vida. Tras el griterío nocturno me había realizado.


Cuanto de mí pudo enfrentarse a una dictadura?
Por ejemplo no soy el activista que se mecha contra intereses yankes, ni pregono la bandera de ideologías o religiones, no me jacto de estar en contra de la globalización y me compro celular de última generación, no pues, esas contradicciones no van conmigo.

Desafiar a algo tan grande como once años de gobierno fujimorista es algo de temer?
No pretendo ser el personaje de la historia que combatió un gobierno opresor, pues no soy, ni encabecé movimientos políticos.

Lo único que quiero es expresar como en aquella marcha mi rechazo total a tener a fuckingmori de nuevo gobernando el país. Gracias a mis decisiones en las urnas hasta ahora no elegí a ningún presidente.
Es gracioso pero votaría por Jaime Bayly o el General Donayre. Durante las reúnas chupísticas solo quiero un poco de diversión y no indignación.