El porque de la suckledark (soledad)

“Porque tu diosa esta desnuda y sedienta de alcohol / fue así que ella conmovió tu alma / y dices que quieres existir que me ames / que alguien diga mi nombre que alguien me vea un instante, existir”.
La existencia en el alma contraria es aquello que mas deseo, permanecer en silencio contemplando su mirada, esperando que me lleve a cualquier lugar.

La pregunta del millón

Han pasado dos años y sigo buscando la respuesta al porque de esta soledad, aquella con la que convivo y quien se ha vuelto mi mejor enemiga. La veo siempre sentada frente a mi cama y finge sonreír pues su dolor es peor que el mío, ahora somos más que compañeros, somos aliados de la derrota, la resignación a mirarnos en la rajadura del espejo.
He intentado sin suerte mantener una relación con alguien pues en verdad no escogí este destino pero si fui el constructor del fracaso total. No he vuelto a reír ni he vuelto a llorar, solo soy alguien inerte en espera de la sentencia final.
Cada vez que me levanto por la mañana y abro la cortina veo que todo sigue oscuro, regreso a la cama y cierro lo ojos.
Esta soledad no solo es física si no también espiritual y no está la persona que me haga correr por las calles de la ciudad dejándome soplar por la lluvia y golpear por el viento.
Sigo escribiendo y aún no hay respuesta.

Así como el agua

“Solo estoy en tu superficie, acariciando tu arrecife / solo estoy a tu alrededor, pero nunca en ti”. Mi vida no tiene color, olor, ni sabor, no explota en las noches, no absorbe el clima y destruye la paciencia.
Esta es la maldición de creer en el amor, el epílogo de los procesos de extrañar que ella acaricie mi rostro, ajuste su dulzura y discurra todo su cuerpo convertido en líquido elemento.

Espero encontrar algo de esperanza, quizá esté entre los papeles que arrugué y lancé al tacho de basura. No tengo nada más que los recuerdos, me vuelven incapaz de amar, me obligan a desconfiar, me han derrotado.

El mejor final a este desgarrador suceso es la conclusión a la que alguien llegó y esa es que aún no deja de dar vueltas en mi cabeza: será que nunca he amado de verdad?