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martes, 8 de septiembre de 2009

El tiempo es ahora


Acabo de arribar y estoy observando si ella está pero no la veo por ningún lado. El vuelo llegó muy temprano, media hora antes de lo previsto, el clima según dicen en el aeropuerto estuvo casi perfecto sin embargo para mí ha sido distinto pues esperaba tenerla al frente para abrazarla y decirle que la amo.
He viajado mucho, me he trasladado desde tan lejos para encontrar la felicidad que me ha sido negada por varios años, supongo que esta es mi ultima oportunidad.


Increíble amor cibernético

Solía suceder que agregaba y me agregaban amigos (as) por el jai fai (eso les pasa a todos), hasta que una noche mientras me desvelaba como Jefe de Edición en un Canal de Chiclayo, eran días muy comunes hasta que algo me impactó, ella me confundió con algún pata de algún vecino país, sin embargo le descarte totalmente.
Los comentarios de siempre se volvieron extraños, ella se mostraba diferente pues me describía como nadie lo había hecho, me hacía sentir bien. Pasaron los días y luego del chat respectivo le deje mi número de móvil, al instante ella me llamó, quede sorprendido al escuchar ese excitante acento, su voz me cautivó, así empecé a disfrutar cada llamada sin darme cuenta del tiempo (que sin huevadas era lo de menos).

Le tomé la promesa de conocerla, ella afirmó que faltaba poco para lograr el acercamiento físico. Dijo que estaría en mi ciudad un miércoles, sin embargo la paciencia se me acabó y grité como demonio al no saber noticias suyas durante ese día, al llegar la noche sonó el móvil y ella dijo que estaba en la capital, mañana estaríamos juntos.



Hacemos la magia?

El punto de encuentro o el encuentro con el punto fue un conocido parque cerca a mi casa, la descripción fue detallada para que ella se ubique. Ni bien baje del taxi pude verla, tenía algo tan perfecto que pude reconocerla en one. Quería bombardearla a besos quería decirle que ese era un instante eterno y la felicidad absoluta, prefer{i quedarme callado

Al acercarme solo pude abrazarla, ella se sentía algo temerosa, le ofrecí una cerveza que había comprado para armarme de valor porque los nervios si que me ganaban, pero ella no aceptó. Caminamos durante varios minutos para entablar la charla y respirar un poco. Llegamos a mi casa, entramos a la sala y nos sentamos uno frente al otro.
Hablamos de todo menos de nosotros y de esa promesa de pasión que nos había revolcado a través de la línea telefónica, hasta que le propuse muy directo como ella lo esperaba entrelazarnos en el momento más placentero y desgarrador de nuestras vidas.

Así ella invocó a todos los demonios mientras yo me impulsé hacía el desenfreno. Mordí su tatuaje en la espalda, la golpee varias veces, tape su boca con mis dedos, ella los trituró con locura, fueron interminables minutos sin contar el escándalo, llegamos a la cima... (me abstengo de contar mas detalles y dejarlos a la ivaginación).


Ya estoy aquí!!!

El llamado a los pasajeros para abordar el ultimo vuelo ha sido anunciado, me he dado cuenta que estuve mirando hacia el vidrio de la puerta y ella aún no aparece, he regresado por donde creo haber caminado varios minutos cargando el gigantesco equipaje.

Estoy sentado, aburrido, impaciente, con una brutal ansiedad que no se como aún no he pegado el grito al cielo, siento que todo fue en vano, ahora solo quiero regresar.

Un suave susurro he sentido en el oído “cari estoy aquí”. Las lágrimas no dejan de caer, en sus brazos me he desvanecido y solo le digo que la amo.


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